Desayuno antes de las 10:00: proteínas y carbohidratos complejos para empezar el día con energía.
Almuerzo entre las 12:00 y las 14:00: proteínas y verduras para evitar la somnolencia.
Merienda entre las 16:00 y las 17:00: fruta, frutos secos o yogur.
Cena antes de las 19:00–20:00: comida ligera, verduras guisadas o pescado.
Beba agua de manera regular; a veces el organismo confunde hambre con sed.
Conclusión: comer respetando los horarios ayuda a mantener la energía, el buen estado de ánimo y la concentración durante todo el día.
